Este disco "Agua del pozo", se aleja lo suficiente de lo cubano para explorar otros ritmos y géneros ¿fue una decisión consciente?

-Sí, creo que ha sido una decisión consciente. Una vez reunido el material para "Agua del pozo me dejé llevar por lo que las canciones requerían desde el punto de vista sonoro y de género.

Las canciones de esta producción son de amor, de vida pero muchas de desamor, ¿esa cierta melancolía la inspira el paisaje canadiense?

-Te diré que si algo es denominador común en Agua del Pozo es el nivel positivo que cada canción tiene. Si escuchas más atentamente te darás cuenta que ninguna canción habla en tono negativo o de desamor. Yo no creo que sea melancolía más bien es ternura. Y sí, Canada me ha inspirado a mucho y sobre todo a ser yo mismo.

¿Va a Cuba con frecuencia? ¿Qué tipo de intercambio existe entre usted y los músicos de allá?

-A Cuba no voy muy a menudo; solamente cuando quiero grabar algunas cosas y porque me gusta el sonido natural que tiene un estudio que siempre uso que es el estudio antiguo de Egrem. El intercambio que se establece entre los músicos que grabo es verdaderamente muy interesante porque voy con una visión mucho mas internacional y el resultado es el asombro de ellos mismos de lo relajado que suenan cuando graban mi música.

-por Diana Vargas